miércoles, 23 de noviembre de 2011

"I'm from Venus, you're from Mars, and together, we create stars". Y eso es solo lo único que nos queda. Podría utilizar la palabra "solo" o bien podría utilizar la palabra "todo", pues el universo es tan colosal y aristocrático y está saturado.
Para empezar, están los meteoritos y las semi partículas perdidas y desorientadas por todo el espacio. Parecerán elementos ignorantes e incordiantes que solo sirven para ocupar espacio, pero para mí, cada uno de esos pedacitos son cada uno de aquellos momentos que vivimos juntos, los buenos y los no tan buenos. Pero ambos igual de importantes, porque ellos han sido casi los únicos capaces de sustituir las palabras "tú" y "yo" por un "nosotros"
Pero obviamente, los momentos realmente buenos, han destacado, y por ello, se han convertido en estrellas. Ellas son esos momentos más fuertes, ellas son las que brillan con más fuerza. Ellas son unas de las únicas capaces de brillar con luz propia, y de convertir un profundo lago negro a un lago casi transparente, lleno de color, de vida y sobretodo de luminosidad.
Después están todos nuestros pensamientos y sentimientos. Aquellos que tenemos guardados dentro de nosotros, muy dentro de nosotros. Aquellos momentos que nos gustaría que ocurriesen, y aunque solo duraran varios instantes. Aquellas cosas que no nos dijimos, que no nos atrevimos a decir, ya sea por miedo o por otra cosa. Aquellos sentimientos tan profundos que nos costaba exponer a los demás. Y todo esto pasan a ser el tercer grado, a ser estrellas fugaces. Que todo esto pasaba de cuando en cuando, pero cuando pasaban, pasaban con más fuerza, con más luz que nunca.
Llegando al final, están los planetas de los cuales hay tanta diferencia entre ellos y a la vez no. De los cuales dicen que tú procedes de uno y yo de otro. De los cuales dicen que cada persona es un mundo. Y al parecer, tú y yo somos de mundos distintos, pero tarde me he dado cuenta. Porque antes estábamos todos los planetas unidos en sintonía, pero de repente noté que faltaba algo. Que tú te fuiste, y contigo tu mundo. Ahí fue cuando el mío no marchaba bien, y es que para que lo haga, necesita al tuyo, porque juntos hemos creado proyectos, y si uno de los dos falta, estos proyectos carecerán de importancia, y podrían ser olvidados; pero te puedo asegurar que no de mi corazón, aunque mi cabeza intente impedir que eso ocurra intentando borrarlos de mí, a pesar de que mi corazón se niegue.
Y por último, está la luna. ese elemento tan grande en cuanto a tamaño y tan grande en cuanto a significado para mí, por que es que esconde tantas cosas. Al final del cuento, es lo único que nos queda de nuestro "nosotros", lo único que nos sigue uniendo, porque sé que si yo la estoy viendo, tú también.
Y es que aunque yo sea de Venus y tú de Marte, juntos hemos creado estrellas, y con ellas planes, que crean vidas, que crean sentimientos, que crean personas, que crean un "tú" y un "yo", que crean un "nosotros", que crean un universo, nuestro universo. [Y solo de pensar que ese "nosotros" se ha roto, que vuelve a ser un "tú" y un "yo", solo de pensar que mi mundo ya no sea parte del tuyo, hace que tenga miedo de que a mi planeta le falte luz para poder brillar. Si pasa eso, no me quedará más remedio que pedirle ayuda a las estrellas. Perdirles que me den un poco de brillo. Y para ello, tengo que acordarme de ellas, que representan aquellos momentos merecibles de acordar. Y aunque nuestros mundos ya no estén tan unidos, seguimos perteneciendo al mismo universo]. Y al fin y al cabo, lo que de verdad nos quedan son los meteoritos y las semi partículas, las estrellas y las estrellas fugaces. Tu mundo, mi mundo y nuestro universo.